Josué Quijada
El Arco Minero del Orinoco, es una extensión de terreno de alrededor
de 111.843,70 kilómetros cuadrados rica
en oro, en diamantes, hierro, bauxita y coltán (Este último llamado Oro Azul),
ubicada en el estado Bolívar. El
proyecto de explotación de esta zona no
es precisamente nuevo, ya que desde el
año 2007 se ha venido contemplando su
ejecución.
Hoy en
día este proyecto es retomado en el marco de la activación de los motores que
buscan reavivar nuestra golpeada
economía, de ahí que en fecha 24 de febrero de 2016, en
Gaceta Oficial Número 40.855,
Decreto 2.248; se crea la "Zona de Desarrollo Estratégico Nacional
Arco Minero del Orinoco". Pero el
arco minero es algo más, es un símbolo y
al mismo tiempo una herramienta, para la
lucha política por el Poder.
El Poder, junto al amor son las
fuerzas que mueven al mundo,
haciéndolo avanzar o retroceder en su evolución, por la cual se han librado guerras, se han perdido vidas, pero también se han libertado naciones y se
han derrumbado imperios. Bien sea el de las armas o el de las
ideas, el Poder requiere control, pues la ambición del ser humano, que no tiene límites, puede hacer un uso abusivo y destructivo de
éste. El mundo no ha cambiado, todo se trata de una lucha por el Poder,
en nuestro caso particular por el poder político.
En fecha
2 de septiembre de 2016, la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia dicta pronunciamiento sobre una solicitud hecha por el Ejecutivo
Nacional, basado en el artículo 214 de
la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, para que emitiera su interpretación sobre la
Ley de Reforma Parcial del Decreto Nº 2165 con Rango Valor y Fuerza de Ley
Orgánica que Reserva al Estado las Actividades de Exploración y Explotación de
Oro, así como las Conexas y Auxiliares a
estas.
En la
decisión, la Sala concluye, de acuerdo a la lógica constitucional, que la reforma hecha por la Asamblea
Nacional, carece de vigencia y eficacia
jurídica por haberse llevado a cabo en desacato con decisiones provenientes de
la Sala Electoral del máximo tribunal,
ese desacato se manifestó en proceder a la juramentación e incorporación
de ciudadanos como diputados, en
contravención con el mandato expreso de la Sala antes mencionada. Lo que a la luz de la interpretación de la
Sala Constitucional, es un
desacato. Debemos dejar de ser ingenuos
y verlo como lo que en realidad fue, una
táctica para obtener Poder, pues de la
reforma hecha podemos observar, como el
protagonismo lo lleva la Asamblea Nacional.
En ese mismo orden de ideas podemos ver como el Ejecutivo Nacional al
crear este proyecto solo busca tratar de dar una solución al problema económico
existente para mantener la cuota de Poder que aún posee, sin importar lo que podría ser un posible
crimen ecológico, por la explotación del
ecosistema, la biodiversidad y la
movilización de pueblos originarios a otros asentamientos. Es una materia sumamente importante que
amerita un amplio debate y consulta a la ciudadanía, que aunque sabemos que hoy en día está más
preocupada por la obtención de alimentos y
medicinas, debe también avocarse a este tema. Pues en realidad, el Poder nos pertenece a todos los
ciudadanos, por ser originario.
Igualmente, podemos ver como a fines de atraer a posibles
inversionistas se ofrece flexibilización de normas laborales así como
también, de la aplicación de normas
tributarias. ¿Tiene sentido esto para un
Estado que defiende al Trabajador? Y lo
segundo, ¿Tiene sentido luego de ver la
feroz reforma tributaria?, al parecer no
es así.
El Poder
Público debe funcionar como una orquesta donde cada quien interpreta su
partitura de forma armoniosa con lo que ordena el Director, de esa misma forma
los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial,
Ciudadano y Electoral, deben ir
en función únicamente de proveer a los ciudadanos que les otorgaron esas
facultades, vía pacto social, de los bienes de la vida, pero eso se ha desvirtuado, desvirtuando con ello el Derecho como medio
para alcanzar una vida feliz.
Hoy en
día solo es una lucha de dos bloques y en entre ellos está la sociedad viéndose
cada vez más acorralada. Pero el Derecho
ofrece vías, que hay que respetar y que pueden representar alternativas reales
para controlar a nuestros gobernantes y llevar a cabo proyectos de la
envergadura del Arco Minero, sin
lesionar a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario