Jesuanny
Marquez
El Consejo de Normas
Internacionales de Contabilidad (IASB) ha emitido la nueva norma contable,
llamada "NIIF 16 Arrendamientos". La NIIF 16 sustituye a los
requisitos contables introducidos hace más de 30 años que ya no se consideran
aptos para este propósito y es una importante revisión de la forma en que las
empresas contabilizan los arrendamientos.
Esta norma
no tiene efectos muy significativos en la contabilidad del arrendador. No
obstante, en el caso de los arrendatarios la historia es muy diferente. De
acuerdo con los nuevos requisitos contables, se elimina la diferenciación entre
el arrendamiento operativo y el financiero de forma que todos los contratos se
van a reconocer de una forma muy similar a la que actualmente se desarrolla en
la NIC 17 para los arrendamientos financieros. Es decir, en el momento del
reconocimiento inicial del contrato el arrendatario deberá reconocer, sujeto a
determinadas excepciones, un activo (derecho de uso) y pasivo (deuda) por un
importe equivalente al valor actual de los pagos futuros del contrato.
Este derecho
de uso será objeto de amortización sistemática durante el plazo del
arrendamiento. Se reconocerá en las cuentas un gasto financiero por aquellos
intereses relacionados con el pago de las cantidades aplazadas. De esta forma,
el gasto de arrendamiento lineal que se desprende de la actual norma se verá
sustituido por un gasto de amortización constante y por unos gastos financieros
decrecientes, lo que alterará el resultado final del ejercicio.
En consecuencia, La nueva norma proporcionará una
transparencia muy necesaria sobre los activos y pasivos de arrendamiento de las
empresas, lo que significa que los financiamientos por arrendamientos ya no
está al acecho en las sombras en el balance. También mejorará la comparabilidad
entre las empresas que arriendan y los que piden préstamos para comprar.
El IASB
está convencido de que la implantación de la NIIF 16 presenta unos beneficios
que superan ampliamente a los costes relacionados con dicho proceso, no
obstante, no comparten muchas empresas que, además de su lógica preocupación
por los costos que se van a derivar de su
implementación, piensan que el impacto de los nuevos requisitos contables en
los indicadores que hasta la fecha venían utilizando tanto internamente como en
sus comunicaciones al mercado y en sus estados financieros no va a facilitar la
interpretación adecuada de sus operaciones. Una vez que la nueva norma está
emitida, toca ahora empezar a estudiarla con detenimiento, analizar sus
implicaciones en los contratos vigentes y capturar una información, en muchos
casos dispersa, que será necesaria para conocer su efecto en los estados
financieros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario